jueves, 7 de mayo de 2009

PROFESOR ALBA - MANUEL ALBA ROJA

EL PROFESOR ALBA
Extraido del libro "La Magia Española del Siglo XX"



El Profesor Alba supo vender la imagen de hombre sabio preocupado por transmitir ciencia en sus “experimentos mentales”. Sus ejercicios de hipnosis y espiritismo, perfectas sesiones de Ilusionismo presentadas como espectáculo científico, le convirtieron en el mentalista más famoso de su tiempo.
Revistió sus “poderes” de tal autenticidad que incluso su propia familia creyó en ellos. Una biografía suya publicada en 2001, basada en los recuerdos de su hija Consuelo, refleja su carrera como fruto del buen uso de sus extraordinarias capacidades mentales.
El Profesor Alba contaba en el escenario con la impagable ayuda de su mujer y médium Tivolina prometedora bailarina que al conocerle dejó su profesión para trabajar junto a su marido y ayudarle a convertirse en uno de los más importantes artistas de su época, la de los años veinte, treinta y cuarenta. Ella fue quien le propuso crear un “espectáculo científico”, le enseñó refinamiento en el escenario y se encargaba durante las actuaciones de conseguir subrepticiamente parte de la información que luego “llegaba” a la mente del Profesor Alba. Además, también ejecutaba “ejercicios de prestidigitación y necromancia”.
Entre ambos dejaron absortas a varias generaciones de españoles, y hasta se comparó con Onofroff. Fue precisamente de este artista e hipnotizador de principios de siglo, cuyos impr4esionantes y polémicos espectáculos de hipnosis y catalepsia se hicieron famosos en toda Europa y América, de quien el Profesor Alba aprendió. Lo conoció en Sevilla durante una de las giras de Onofroff por España. Quedó tan impresionado que, con sólo catorce años, Manuel se enroló en su espectáculo como repartidor de propaganda y recadero. Acompañó al célebre mentalista durante los cinco años que estuvo en España y de él aprendió las bases de sus funciones.
El Profesor Alba hacía sesiones de hipnotismo, espiritismo, pruebas de rigidez y resistencia corporal. En realidad, la mayor parte de ellos eran clásicos juegos de magia, como la aguja clavada en el cuerpo o la rotura de piedras que se hallaban encima del cuerpo del mago, tumbado éste sobre dos sillas. Pero los que más impresionaron a su público fueron los efectos de trasmisión de pensamiento, entre ellos “La voz de la Tumba”, en el que Tivolina, en su papel de médium, era encerrada con un micrófono en una cabina e iba adivinando los objetos que el Profesor Alba recibía mientras se paseaba entre los asistentes. También realizaron deslumbrantes ejercicios de hipnosis colectiva, regresiones y alteraciones de la voluntad del público. La audiencia llegaba a experimentar acontecimientos singulares bajo las órdenes del Profesor Alba.
Dieron sus primeras funciones en cine, al final de las películas, ella con efectos de magia clásica y él con los de mentalismo. Algunas veces debían actuar en dos tiempos, uno antes y otro después de la película; si así ocurría, en la primera parte lo hacía Tivolina (entonces Lolita, su nombre real hasta que optó por cambiar al seudónimo) y en la segunda parte el Profesor Alba con ella como ayudante, pero ataviada con una peluca para aparentar ser una persona diferente.
El éxito se disparó y, en compañía de sus cinco hijos, actuaron por toda España y el norte de África. Cuando llegaron a Valencia quedaron prendados de ella y jamás la abandonaron como lugar de residencia. El inicio de la Guerra Civil separó temporalmente a la familia que se hallaba de gira en Zaragoza con varios de sus hijos, pero una vez acabada la contienda pudieron reunirse de nuevo y proseguir una carrera que se hizo imparable.
El renombre de la pareja eclipsó incluso al de otros mentalistas de su tiempo que sí ejercieron como ilusionistas. El más destacado de ellos fue Fassman, paradigma del proceso de abandono que sufre la historia de la magia española, ya que a pesar de su profesionalidad, de la gran importancia que dio a ésta como espectáculo artístico, y el gran esmero que puso en su interpretación, no es mucho lo que se sabe de él.
En 1944, el Profesor Alba cayó enfermo y hubo de abandonar la escena. Falleció transcurrido algunos años y, como dos cartas de una baraja que se desmoronan juntas, Tivolina lo hizo poco después. Aún así, el Profesor Alba retomó los escenarios a la muerte de Manuel Alba. Su hijo Manolo, empleando el seudónimo de su padre y con el apoyo en escena de sus hermanas Lolita y Consuelo, y de su hermano Antonio en la gestión de los negocios, continuó el estilo de magia de su progenitor y triunfó en América. En este continente supo aprovecharse de la credulidad de importantes sectores de la población hacia los temas paranormales, y del deseo de muchos de despojarse incluso de su patrimonio por saber de familiares ya fallecidos o albergar esperanzas hacia lo que el futuro les deparase.
El Profesor Alba hijo murió hace pocos años, en 1997, con setenta y un años, una enorme fortuna y famoso por su capacidad para encontrar objetos en lugares ocultos de la sala, adivinar listados telefónicos y conducir automóviles a ciegas. Fueron magníficos efectos de magia que la saga de los Alba convirtió en espectaculares “pruebas” de su ciencia.
Los hermanos Alba. A la derecha el Profesor Alba hijo.

lunes, 27 de abril de 2009

jueves, 23 de abril de 2009

lunes, 20 de abril de 2009

JACOB PHILADELPHIA


Es un americano, el que abre el gran cortejo de los ilusionistas modernos, de los que hicieron de la magia a la vez de un arte, una distracción y una profesión lucrativa. Jacob Philadelphia, nació el 14 de Agosto de 1735 en Piladelfia.
Después de la muerte de su protector, el duque de Cumberland, se lanzó en una brillante carrera de artista ambulante. Contrariamente a los magos de los siglos precedentes, él no pretendió utilizar las fuerzas misteriosas y se declara matemático. Fue el primero en proclamar que no recurriría a otros procedimientos que no fueran naturales.
Apareció en todas las Cortes de Europa. En Prusia, Federico El Grande se interesó notablemente por sus exhibiciones. Se le llamó a la Corte de Catalina II de Rusia. Fue huésped del sultán Mustafá II. En la Corte Imperial de Viena, recibió la suna astronómica de trescientos táleros por una representación. Goethe le conoció y le admiró....
Naturalmente que sus juegos nos parecerían actualmente un poco ingenuos. Además, la personalidad de Philandelphia no hubiera pasado sin duda a la posteridad, pues su conocimiento nos llega a nosotros, a causa de la brillante publicidad que le hizo el mismo autor de su nombre, el precursor del Circo Gigante, el rey del Bluff, americano también: Phinéas Taylor Barnum.
Philadelphia no tuvo más que dos fracasos, que le fueron infringidos por dos de sus más importantes contemporáneos. Federico El Grande lo expulsa de Prusia y le acusa de pertenecer a la secta secreta Rosa-cruz, y George Cristophe Linchenber, el filósofo satírico, le hace la vida imposible en Goettingen, burlándose de su comportamiento pendenciero.
A pesar de estas dos pequeñas sombras, Jacob Philalenphia figura – cronológicamente – en la Historia del Ilusionismo, considerado como puro espectaculo.Murió en Schulpforta, Prusia, en 1795.

martes, 31 de marzo de 2009

LEOPOLD DÖBLER



Comparado al americano Philadelphia y al italiano Pinetti, el gran mago austríaco de principios del siglo XIX, Luis Leopoldo Döbler, gozó siempre de una vida dichosa y muy fácil. El amor del público rodeó siempre a este hombre gracioso. Viena, en época en que era la ciudad más vibrante de Europa, estaba a sus pies cuando era todavía joven, elegante y, sobre todo, muy cortés.
Sus gestos en la escena eran tan refinados como sus exhibiciones, en las que demostraba una gran seguridad. Los colores y la forma de sus aparatos daban a su espectáculo una clase excepcional.
Para presentar su número llevaba vestidos de velos negros muy elegante y un calzón ajustado, medias de seda y calzado de charol. Con esta presentación se convirtió para los vieneses – y sobre todo para las vienesas – en la imagen misma de la seducción. En seguida salieron a la luz las corbatas Döbler, pastelillos Döbler, tabaco Döbler...
Actualmente una calle de Viena. La Döbler-Gasse, lleva su nombre.
En el teatro, el público se preparaba para aplaudirle. El telón se levantaba y se veía en el escenario una multitud de velas apagadas. Döbler aparecía con su simpatía acostumbrada y de un solo tiro de pistola encendía todas las velas...
Sin embargo, su juego más célebre era el que daba fin a la sesión. Sin duda, hoy no nos sorprendería lo más mínimo. Pero apareció entonces como un homenaje dedicado al bello sexo. Éste se llamó “El cuerno de la abundancia o el don de Flora”. Döbler exhibía un sombrero de copa que aparecía vacío. De repente – y como por encanto -, el sombrero se llenaba por completo de pequeños ramos de violetas que el amable mago distribuía entre las damas, dirigiéndoles finos cumplidos. Con este final que perfumaba la sala ya no faltaba nada más para entusiasmar a los espectadores. Y la sesión terminaba con un triunfo completo.
En 1841, Döbler se presentó en el St. James Theatre de Londres. Obtuvo tanto éxito, que fue llamado al castillo de Windsor, donde ejecutó su número ante la reina Victoria, la cual no quedó menos encantada que las demás mujeres.
Goethe, que interesó mucho por la magia, invitó a Döbler a Weimar en 1831, para que instruyera a su sobrino en este arte insólito.
El gran poeta, a la edad de ochenta años, se divertía sin reservas con las fantasmagorías de su invitado. Él mismo escribió este cumplido en el Álbum de Döbler:
“Sería necesario un diploma sellado.
¡Tú nos has hecho ver lo imposible”

Döbler, (que nació el 5 de octubre de 1801, en Viena) reunió una fortuna muy considerable con sus giras, y hasta pudo retirarse de la escena a la edad de cuarenta y siete años; murió el 17 de abril de 1860, en su hermosa propiedad de Austria Baja.
En Austria aún se pueden encontrar sellos de Leopold Döbler.

miércoles, 25 de marzo de 2009

BELLACHINI, MAGO AL SERVICIO DEL REY

Ningún mago ha suscitado tantos imitadores como el polaco Bellachini. En nuestra época, todavía innumerables magos de la Europa Central se sirven de su nombre y quieren hacer creer al público que son sus discípulos consagrados. Sin embargo, Bellachini, bajo el punto de mira meramente técnico, no fue extraordinario. Imitador más que renovador, estaba dotado de una destreza manual muy mediana. Lo que era fascinante era la presentación de sus números, a la cual se ajustaba la magnificencia de sus aparatos, su propia prestancia y su fuerte convicción, que nadie puede estimar en su justo valor, pues se sabe que sus conocimientos imperfectos de los idiomas se prestaban a risa. A pesar de esto, y debido quizá a ello, puede ser que Bellachini significa hoy en ciertos países de Europa: mago. Como en Francia se dice: Robert Houdin.
Bellachini, hijo de aldeanos polacos, nació el 5 de mayo de 1828 en Ligota, Polonia. Desde su más tierna edad, se apasiona por todo lo que concierne a la magia. Pero tuvo que enfrentarse con la ruda escuela de la realidad y fue aprendiz de plomero.... y escapó en seguida de sus patronos, demasiados severos, y partió a America. Desgraciadamente, America no fue para él el país de las posibilidades ilimitadas, y decidió en seguida abandonar el Nuevo Mundo y embarcarse como polizón para Portugal. Por el camino fue descubierto por la tripulación. Debido a algunos juegos de prestidigitación, se hizo perdonar y ganó la simpatía del capitán y de todo el mundo. En Portugal se encontró con un grupo de bohemios que le admitieron con ellos. En esta ocasión aprendió una cantidad de trucos nuevos. Pronto apareció en las ferias, fiestas, hoteles, donde mostró su saber. A los dieciocho años, bajo el punto de vista material, quedó completamente independiente y empezó su carrera. Se casó con la hija de un médico de gran renombre. Bien pronto Bellachini fue el mago de más popularidad de toda Europa Central.
Poca cosa se sabe de su estancia en América. Se supone que trajo de allí al joven negro Jhon Steinmetz, con el cual presentaba el famoso número “La cabeza cortada”, su atracción vedette.
A menudo interpelaba a los espectadores de forma muy pintoresca. Un día, por ejemplo, ante un auditorio de príncipes, solicitó a una de “sus excelencias” si llevaba por azar ¡un pañuelo!....
La mayor gloria de su vida la encontró sin duda es sus repetidas visitas al rey de Prusia (el futuro emperador de Alemania) Guillermo I. El monarca se divertía cada vez que veía a este hombre lleno de malicia y le concedió muchas condecoraciones en diversas ocasiones.
Él mismo nos cuenta cómo obtuvo una de ellas.
El 12 de febrero de 1864 fue llamado al palacio real para presentar sus experiencias al rey.
¿Es verdad – le dijo el rey – que hacéis juegos de magia?
Si vuestra majestad me lo permite – respondió Bellachini – le diré con toda modestia que los espíritus a los cuales me encomiendo, son tan grandes y poderosos que tienen un poder ilimitado sobre todos los objetos...¡y lo mismo con el papel, la tinta y la pluma de Vuestra Majestad
¿Cómo es esto?
Si Vuestra Majestad me lo permite, yo le demostraré que Vuestra Majestad es incapaz de escribir ni una palabra sin mi voluntad...
El rey, medio en broma, medio intrigado, escuchó las palabras del artista; tomó una pluma y trató de escribir algunas palabras sobre una hoja de papel que encontró en su mesa. No pudo trazar una sola letra.
Si Vuestra Majestad tiene la bondad de escribir la frase siguiente: Bellachini es nombrado desde ahora mago de la Corte, lo hará sin ninguna dificultad.
El monarca lo hizo y la frase quedó escrita sobre el papel. La broma se convirtió en un hecho que procuró a Bellachini tres grandes ventajas. Recibió desde entonces más distinciones honoríficas que ningún hombre de Estado, general o sabio de su tiempo. Ningún monarca contemporáneo dejó de llamarlo: desde el Zar de Rusia a la Reina Victoria, desde el Rey de Italia al Rey de Baviera, sin contar todos los Príncipes de los pequeños países..... ---------todos le condecoraron. Murió el 24 de enero de 1885 en Parchim, ducado de Mecklembourg. Algunos instantes antes de la representación cerró los ojos para siempre....
Dos años antes de su muerte tuvo que soportar un gran dolor: su único hijo resultó muerto en un duelo.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

HOUDINI Y CONAN DOYLE


Sir Arthur Conan Doyle, el creador del célebre Sherlock Holmes, era un convencido creyente en el espiritismo. A la hora de estudiar los llamados fenómenos psíquicos se olvidaba de la lógica aplastante de su personaje. Estaba dispuesto de antemano a creer en las levitaciones de mesas, en la aparición de rostros, en la materialización de manos, en la ejecución de trozos con diversos instrumentos sin contacto humano alguno y en cuantas experiencias le brindaran los pretendidos médiums.
Por aquel entonces Harry Houdini ofrecía mil dólares a aquel que pudiera producir un fenómeno que él no pudiera repetir utilizando exclusivamente medios materiales. Es decir, el ingenio.
Nunca hubo que desembolsar aquella suma. Uno tras otro, los falsos médiums eran desenmascarados por el mago, que hacía lo mismo que ellos, pero advirtiendo que sus efectos no procedían de intervención sobrenatural alguna, ni de ningún poder psíquico superior.
Ante estas pruebas determinantes, Doyle respondía que admiraba la habilidad excepcional de Houdini para imitar y simular, mediante trucos, manifestaciones que en los sujetos psíquicamente dotados eran ciertas.
Entre tanto Houdini había elevado la suma de su desafío a 5.000 dólares, que se unían a otros 2.000 que ofrecía una revista científica. Houdini i Conan Doyle coincidieron en el Comité que tenía que juzgar los supuestos milagros. Invariablemente el mago reproducía las supercherías.
Pero en cierta ocasión, encontrándose lejos, recibió la noticia de que el Comité había decidido otorgar el premio a un tal Pecoraro, al que habían atado con veinte metros de cuerda y encerrado en una cabina, donde se escuchó el sonido de instrumentos musicales y los objetos cambiaban de lugar. Sir Arthur era el principal valedor de Pecoraro, quien al final de la sesión permanecía sólidamente atado.
Houdini regresó de inmediato. No se molestó demasiado en explicar cómo un hombre puede desembarazarse de una gruesa cuerda. Exigió que se repitiera la experiencia. Esta vez ató a Pecoraro con unos pedazos de hilo de pescar. Y sorprendentemente los espíritus no se habían materializado debido a la interferencia de un incrédulo: Harry Houdini. Ni por un momento aceptó la explicación, que por elemental hubiera maravillado al doctor Watson: la eficacia de un sedal de pescador.

martes, 9 de diciembre de 2008

MORROCCO "EL CABALLO PARLANTE"


Conocido como el "caballo parlante" Morrocco trabajaba con Banks, famoso mago británico, haciendo durante años las delicias de niños y mayores.

Efectivamente, Morrocco era capaz de decir, moviendo su pata, el resulto de una operación aritmética propuesta por el público y, según se cuenta, era tan listo que cuando cierta vez su dueño, el británico Banks, estaba a punto de ser condenado por una autoridad eclesiástica, "Morrocco" se adelantó y se colocó de rodillas frente al juez como implorando perdón. Lo consiguió.

viernes, 5 de diciembre de 2008

POWELL (VENTRILOCUO) Y LA MOSCA PARLANTE


Powell, el célebre ventrílocuo, tras una agotadora gira por Europa, se embarcó en El Havre con destino a Nueva York. Al otro lado del Atlántico le esperaban un montón de contratos, de modo que decidió tomarse la travesía como unas vacaciones.
Tuvo buen cuidado en evitar que nadie supiera su verdadera profesión para no tener que entretener los ocios de los demás viajeros con sus habilidades. Y desde luego, guardó las maletas que encerraban a sus célebres muñecos en el fondo del armario de su camarote.
Una noche, deambulando despreocupadamente por cubierta, contempló un cartel que anunciaba la actuación de un ventrílocuo, precisamente en una de las salas de fiesta del trasatlántico. No conocía a su colega y le picó la curiosidad. Reservó una mesa junto a la pista y regresó a su camarote para cambiar la ropa de sport por un elegante smoking.
Una hora después se hallaba dispuesto a gozar del esctáculo, mientras saboreaba un combinado. Le sorprendió la juventud del que actuaba.
Creía recordar que se llamaba Jenkins. A pesar de sus pocos años, se movía en el escenario con seguridad y aplomo. Hasta que una mosca empezó a importunarle.
Era una mosca realmente pesada. Volaba alrededor del ventrílocuo y se posaba una y otra vez en su rostro. Powell se dio cuenta de que aquel insecto molesto estaba poniendo nervioso al muchacho y desconcentrándole. El diálogo con su muñeco era cada vez menos chispeante y fluido. Y se podían apreciar los efectos en el público, pues las carcajadas iniciales se tornaron en risas corteses, hasta terminar convirtiéndose en un silencio espeso y frío.
Entonces Powell decidió utilizar sus habilidades, proyectó su segunda voz y la mosca comenzó a hablar. El público volvió a divertirse de lo lindo. Una salva de aplausos acompañaba las entrecortadas réplicas del ventrílocuo en escena. Powell contemplaba sus ojos atónitos, maravillados, despavoridos. Su actitud reforzaba la hilaridad del público, que creía asistir a una representación magistral.
¡Que bien finge! Comentaban unos a los otros.
¡ Y además no mueve los labios!
Pero aquel muchacho estaba a punto de marearse, sin poder explicarse por qué aquella mosca no paraba de hablar.

jueves, 4 de diciembre de 2008

miércoles, 3 de diciembre de 2008

ROBERTSON - LA MAGIA DE LAS SOMBRAS


Robertson fue matemático y físico, periodista y político, poeta y cantante, aeronauta e inventor del paracaídas. Este último invento acabó arrinconándolo, pues como aún no se había inventado los aviones carecía de interés práctico.
Prefirió emplear su ingeniosa inteligencia en investigaciones sobre el microscopio solar. Vivía es esa época en París, en una mansión de la calle Provence, un inmueble perfectamente orientado que decidió convertir en un gigantesco microscopio para el estudio del sol.
Los muebles le sobraban. Y, sin embargo, le faltaban espejos. Hizo instalar unos cuantos cristales venecianos para apoderarse y dirigir los rayos solares. Pero faltaban los rayos solares. Si abría las puertas y ventanas una invasión de sol inundaba las estancias. Era preciso crear un conducto que regulara la penetración del sol. De modo que practicó un agujero en cada una de las puertas de la casa. Un fino rayo de sol, guiado por los espejos, atravesaba las habitaciones oscuras.
Es curioso que quien pretendía dominar el sol acabara descubriendo el dominio de las sombras, pero fue así. Uno de aquellos días la mano de su hermano se interpuso entre el rayo solar y la pared y se proyectó, gigantesca, sobre los muros.
A partir de entonces se entregó al estudio de las sombras chinescas y de las proyecciones luminosas. Estaba convencido de que había descubierto la linterna mágica. Sin embargo tuvo noticias de que el jesuíta Kirtcher había ideado un aparato de estas características con varios siglos de antelación.
Entonces se aplicó a mejorar el artilugio. Pretendía que las imágenes proyectadas por la linterna crecieran de tamaño. El resultado fue el fantascopio, que convirtió las reducidas representaciones de la linterna en un espectáculo de masas.
Pero lo que constituyó una autentica novedad fue el sistema de proyección que empleó. El aparato era el mismo, aunque mejorado. Pero el resultado, a los ojos de los espectadores, totalmente distinto.
Hasta entonces le había salido todo al revés. En este caso también. Pero por una vez ésta fue la razón de su éxito. En lugar de situar el aparato tras los espectadores, lo colocó tras la pantalla. El resultado fueron las sombras solitarias, enigmáticas , incomprensibles.
Nadie sabía cómo lo hacía y muchos pensaban que un desconocido poder conjuraba desde ultratumba a las figuras de sus fantasmagorías. Al final acabó prescindiendo de la pantalla y proyectó sobre densas columnas de humo, de modo que las sombras se convirtieron en espectros.
Gracias a él la linterna mágica dejó de ser científica para ser mágica de verdad.

lunes, 1 de diciembre de 2008

martes, 18 de noviembre de 2008

martes, 11 de noviembre de 2008

¿QUE SABEMOS DE VICTORIA BERLAND?


He recibido un E-mail de ayuda desde Cuba de Barbara Berland, bisnieta de la famosa maga Victoria Berland "Emperatriz de la prestidigitación".

Me pide que le de toda la información que pueda sobre su bisabuela.

Desgraciadamente me ha sido imposible ayudarla, pues por mucho que lo he intentado no he podido encontrar nada sobre su vida y obra.

Si alguien sabe algo sobre ella, ruego me lo hagan saber, le estaré muy agradecido.

Para cualquier información.
josemaria.palmav@gmail.com

domingo, 9 de noviembre de 2008

miércoles, 5 de noviembre de 2008

SELBIT Y GOLDIN ¿QUIEN FUE EL PRIMERO?



El efecto de Selbit y el de Goldin eran bien distintos. Y tenían
razón. En la ilusión del inglés, como vimos, el efecto era que una
serie de planchas metálicas y un serrucho podían atravesar el cuerpo
de una mujer sin hacerle daño (“Sawing Through a Woman”)
mientras que en la versión norteamericana, el serrucho cortaba
por la mitad al cuerpo de la mujer (mostrándolo dividido, incluso)
para luego recomponerlo.
En su autobiografía, Goldin asegura que en 1909 ya se le había
ocurrido la idea de cortar una mujer por la mitad y que, recién en
1919, encontró el método para hacerlo aunque ningún productor se
sintió interesado en comprar y fabricar la idea. Sea esto cierto o no,
es un hecho que Goldin no presentó su efecto hasta la asamblea
anual de la Sociedad Americana de Magos (S.A.M) del 3 de junio
de 1921, es decir, varios meses después de que lo hiciera Selbit.
El historiador, asesor e inventor de ilusiones más importante
de la actualidad, Jim Steinmeyer, asegura que lo que hizo Goldin fue
apresurarse a fabricar un efecto como el que estaba haciendo
famoso a Selbit y presentarlo antes de que éste decidiera llegar a
América. Lo que logró, entonces, fue una ‘tosca’ versión de lo que
sería un gran suceso.5
Ese 3 de junio en la S.A.M, Goldin colocó a un botones dentro
de una caja, procurando que le sobresaliesen solo los pies y las
manos. Tras esto, Goldin serruchó la caja y, al finalizar, la mostró
dividida en dos partes. Más tarde, las unió y el joven botones apareció
sano y salvo.“Goldin cometió algunos errores aquella primera
vez –asegura Steinmeyer. Por ejemplo, utilizaba a un ‘botones’
en lugar de una dama atractiva. Además, el aparato que usaba
lucía muy grande y crudo de modo que el producto final no fue
tremendamente engañoso y falló en exaltar a la audiencia”.6
Sin embargo, en la audiencia se encontraba Howard Thurston
que, al ver el potencial del efecto, quiso tenerlo en su show. Fue así
que llegó a un arreglo con Goldin según el cual, a cambio del permiso
para presentarlo, Thurston refabricaría el efecto con ciertas
mejoras. Desde entonces, Goldin tuvo su truco bien armado,
comenzó a hacerlo con una mujer y con la cabeza de ella sobresaliendo
también de la caja. Esto supuso una gran diferencia con la
realizada por Selbit ya que, si bien se recuerda, en la de éste ninguna
parte del cuerpo sobresalía. De hecho, como dice
Steinmeyer, “la revista especializada Variety mostró poco respeto
por su creador y fue brutalmente honesto sobre las diferencias:‘La
de Goldin es llamada “Cortando una mujer por la Mitad”, ésta –la
de Selbit– debería ser llamada “Cortando una caja por la mitad’ ya
que omite el principal atractivo de la presentación de Goldin en
donde los pies y la cabeza están a la vista mientras el serrucho aparentemente
pasa a través de ella”.7
¿Qué otra cosa esperaban de alguien
cortado por la mitad?
Ya con estas modificaciones,Goldin presentaba el efecto como
“Bloodless Surgery”, es decir “Cirugía sin Sangre”.
Tras un breve monólogo inicial, el ilusionista invitaba a dos
señores a subir al escenario.Mientras tanto, su asistente entraba a
escena y era colocada dentro de la caja. Los espectadores –que preferentemente
debían ser doctores– tomaban el pulso de la señorita
y corroboraban que se encontrara en perfecto estado de salud.
Hecho esto, Goldin sacaba su serrucho de ‘dos manos’ e invitaba a
uno de los espectadores a cortar a la dama. Éste, obviamente se
negaba, así que lo invitaba a tomar los tobillos y, a la otra persona,
le pedía que sostuviese las manos de la víctima (no es ilógico pensar
que estos detalles provengan de los pies y manos atados en la
versión de Selbit).
Goldin y un ayudante suyo comenzaban a serruchar. Como
en el caso de Selbit, la caja no era de cartón de modo que el sonido
estremecía a los asistentes. El serrucho traspasaba la caja y era
ahora cuando la separaban sobre la misma mesa. Goldin pedía a
los doctores que volvieran a tomarle el pulso a la asistente. “Un
poco acelerado”, decían. “Naturalmente, retrucaba Goldin, qué otra
cosa esperaban de alguien que acaba de ser cortado a la mitad”.8
Finalmente, el mago unía ambas mitades y, tras unos pases mágicos,
la bella asistente salía sana y salva.
Selbit, entonces, cortaba la caja con una mujer dentro y, al
separar las dos mitades, se constataba que no había sufrido daño
alguno.Goldin, en cambio, cortaba la caja con una mujer dentro y,
al separar las mitades, cada una contenía una parte del cuerpo, de
modo que debía ir un paso más allá y recomponer a la víctima.
Publicidad y Popularidad
Tal fue el éxito de este efecto que, como dijo el periodista y autor de
libros de magia John N. Hilliard, “por muchos años la magia en
Estados Unidos ‘consistió prácticamente en nada más que “Sawing a
Woman in Half ”.9 Goldin, por su parte, decía que era un truco del
que hablaban “from the president to the negro in the street” (“desde
el presidente hasta el negro de la calle”); Nelson Downs en 1924
aseguraba que a Serruchando a una Mujer los magos “la habían cortado
hasta matarla”10 y un cronista diez años más tarde decía que
“Sawing a Live Woman in Halves” era muy buena pero fue vista
tanta veces que sorprende que todavía queden mujeres por alli”.Cientos de salas de todo el mundo presentaron la ilusión. La
prensa hablaba de ella como de una gran noticia política; los
medios cubrieron todos los casos de acusaciones por plagio entre
Goldin y Selbit en primera plana e incluso dos cortometrajes y un
anuncio de los cigarrillos Camel revelaban el modo en que eran

miércoles, 15 de octubre de 2008

BARTOLOMEO BOSCO


Giovanni Bartholomew (Bartolomeo) Bosco (January 3, 1793 - March 7, 1863) was an Italian illusionist born in Turin who became one of the greatest conjurers of the 19th century.
After his studies in Turin, he enlisted in the Napoleonic army participating in the campaign of Russia as a soldier. In 1812, Bosco was taken prisoner during the Battle of Borodino and confined to Siberia. It was during his imprisonment that he found his extraordinary talent for performing. He preformed for soldiers and for the Russians, which he actually got paid for. He used his gains to alleviate the suffering for himself and his companions.
He returned to freedom in 1814, after a short period of medical studies in Turin, he began his artistic career as an illusionist, achieving success and international fame along with the admiration of many of the kings of Europe.
"Les Aventures de Bartolomeo Bosco de Turin, professeur de prestidigitation", published in 1851, testifies to the enormous fame enjoyed by the great illusionist of Turin.
Bosco spoke and performed in eleven languages. He is best known for his performance of the Cups and Balls and switching the heads of two live birds (one white and one black).
He died in Dresden in 1863 where he was buried in the Catholic cemetery of Friedrichstrasse. Bosco died in poverty after subsidizing his son, Eugene Bosco, for a number of years. In 1903, Houdini found Bosco's grave was dilapidated and purchased the the plot. He handed it over to the Society of American Magicians, starting a tradition of fraternal grave guardianship that still continues to this day.
Bosco was so well-known that after his death there were many magicians that performed under his name to capitalize on his fame. He was described in Robert-Houdin's Memoirs.