Ted White nació un 2 de diciembre, en la hermosa ciudad de Buenos Aires, al ritmo del tango y la milonga, con la melancolía y el misterio de las perfumadas y nostálgicas noches de San Cristóbal y San Telmo. Desde muy pequeño tuvo inclinaciones por las artes. Estudió dibujo y pintura con grandes maestros, música y danza, escenografía, fotografía y cine. Además, tomó clases de teatro con Don Guillermo Bataglia.
La magia entró en su vida como les ocurre a todos los chicos. Sus padres contrataron un mago para la fiesta de la Primera Comunión. Quedó fascinado y comenzó a jugar desde entonces.
Claudine nació un día 4 de diciembre, bajo el perfume de los jazmines en la ciudad de Buenos Aires y desde pequeña tuvo inclinación por las artes y estudio dibujo, pintura y escultura con grandes plásticos.
Claudine y Ted se casaron el 15 de noviembre de 1984.
La predilección de Ted por el escenario lo llevó a incursionar en la magia de escena con grandes ilusiones. La creatividad, y una imaginación muy inquieta, le permitió crear ilusiones y rutinas únicas en su tipo.
Su magia ha recorrido los mejores escenarios del mundo con un éxito notable de público y críticas. Las presentaciones en televisión se recuerdan por años por el impacto en los telespectadores y la experiencia de hacer magia por radio fue comentada por todos los medios como inigualable.
Claudine y Ted le dan al ilusionismo una nueva visión, desplegando sensualidad y romanticismo, mezclándolo con humor y un hilo conductor en la presentación de los juegos, que transportan al espectador a un mundo de fantasía, donde lo imposible se vuelve real, el misterio no tiene explicación y la magia se produce con la complicidad del público que, entretenido, pide que la función no termine.
Las apariciones, desapariciones o transformaciones más sorprendentes fueron encaradas con éxito y presentadas en las más diversas condiciones; siempre nuevos retos van apareciendo y, luego de mucho trabajo, se pueden cumplir.