Conocido como el "caballo parlante" Morrocco trabajaba con Banks, famoso mago británico, haciendo durante años las delicias de niños y mayores.
Efectivamente, Morrocco era capaz de decir, moviendo su pata, el resulto de una operación aritmética propuesta por el público y, según se cuenta, era tan listo que cuando cierta vez su dueño, el británico Banks, estaba a punto de ser condenado por una autoridad eclesiástica, "Morrocco" se adelantó y se colocó de rodillas frente al juez como implorando perdón. Lo consiguió.