Nació el 8 de diciembre de 1861 en el boulevard Saint-Martin de París y murió el 21 de enero de 1938. Director de teatro y actor, su padre era un conocido empresario del calzado parisino. Desde pequeño mostró interés y habilidad en el dibujo. Durante su estancia en Inglaterra, y debido a que su falta de soltura con el lenguaje le impedía comprender las obras de teatro, entró en contacto con el mundo del ilusionismo al frecuentar la “Egiptian Hall”, sala de variedades dirigida por el célebre mago Maskelyne.
Más tarde regresa a París, y a pesar de sus intenciones de ingresar en la Escuela de Bellas Artes, es obligado por su familia a participar en el negocio del calzado. Se encargó de la reparación y el perfeccionamiento tecnológico de esta industria, mostrando las habilidades mecánicas que posteriormente le resultarían tan útiles. Cuando su padre se retiró del negocio, Méliès se negó a continuar con el mismo, utilizando su parte del reparto para comprar en 1888 el teatro “Robert Houdin”, del que era asiduo visitante.
Con la incesante capacidad para el trabajo que caracterizó su vida, entre los años 1889 y 1890 simultaneó sus labores de director del teatro con las de reportero y dibujante en el periódico satírico La Griffe, donde su primo Adolphe ejercía como redactor jefe. Durante los años siguientes se escenifican en el teatro espectáculos de ilusionismo, cuyos decorados, trucos y maquinaria fueron en su mayoría creados por el propio Méliès.
Cuando el 28 de diciembre de 1895 Méliès asistió invitado por los Lumière a la primera representación del Cinematógrafo, decidió comprarles una máquina inmediatamente, pero ellos se negaron a vendérsela. Empeñado en hacerse con el invento, optó por construir su propia máquina cinematográfica. El 5 de abril de 1896 proyectó las primeras películas en su teatro Robert Houdin; eran pequeñas escenas al aire libre, documentales similares a las de los hermanos Lumière. Su estilo evolucionó rápidamente buscando crear películas parecidas a sus espectáculos de ilusionismo.
Fue pionero en la utilización del truco de sustitución de elementos mediante el parado de la cámara, y también lo fue en la exposición múltiple del negativo (doble sobreimpresión) y los fundidos a negro y desde negro. Invirtió una gran cantidad de dinero para la creación del que se consideró el primer estudio de cine, en el que se utilizaron sistemas mecánicos para ocultar zonas al sol, trampillas y otros mecanismos de puesta en escena.
En 1902 creó la que está considerada su obra capital, Viaje a la luna. En ella la evolución de la continuidad narrativa cinematográfica da un paso de gigante, al montar la secuencia del disparo del cañón que lleva a los astrónomos a la Luna y, a continuación poner en escena un decorado con la cara animada de esta, que va creciendo en travelling inverso y sobre la que acaba aterrizando la nave/bala de cañón clavándose en ella.
Méliès intentó distribuir comercialmente Viaje a la Luna en Estados Unidos, pero técnicos que trabajaban para Thomas Alva Edison lograron hacer copias de la película y las distribuyeron por toda Norteamérica, y a pesar de que fue un éxito, Méliès nunca recibió dinero por su explotación. Creador de alrededor de quinientas películas, la paulatina transformación de la industria (monopolizada por Edison en Estados Unidos y Pathé en Francia), junto con la llegada de la Primera Guerra Mundial, afectaron a su negocio, que fue declinando sin remedio. En 1913 se retiró de todo contacto con el cine.
De 1915 a 1923, Méliès montará, con la ayuda de su familia, numerosos espectáculos en uno de sus dos estudios cinematográficos transformado en teatro. En 1923, acosado por las deudas, tuvo que vender propiedades y abandonar Montreuil. En 1925 se reencuentra con una de sus principales actrices, Jeanne d’Alcy. Ella regenta un quiosco de juguetes y golosinas en la estación de Montparnasse. Méliès se casó con ella ocupándose juntos de la tienda. Allí será reconocido más tarde por Léon Druhot, director de Ciné-Journal, que lo rescatará del olvido.
Desde 1925 su obra será redescubierta por la vanguardia cinematográfica francesa, especialmente por los surrealistas, que reivindicaron su figura hasta el punto de que Méliès fue reconocido con la Legión de Honor en 1931 por toda su trayectoria. En 1932 se encuentra en el Castillo de Orly casa de jubilación de la «Mutua del cine» (institución fundada en 1921 por Léon Brézillon, presidente del sindicato francés de productores cinematográficos) y allí vivirá el resto de sus días con su esposa Jeanne d’Alcy. Falleció en el hospital Léopold Bellan de París y sus restos descansan en el cementerio de Père-Lachaise.
Poco antes de la muerte de Méliès, en 1938, Henri Langlois, creador de la Cinemateca francesa recuperó y restauró parte de sus películas. Georges Méliès fue el gran creador del cine de espectáculo y fantasía, dando el paso hacia la creación de un lenguaje de ficción para el cine del que carecía el cinematógrafo tomavistas de los Lumière. Desde 1946 el premio Méliès otorga anualmente el reconocimiento a la mejor película francesa. (Datos extraídos de Wikipendia, la enciclopedia libre)
Más tarde regresa a París, y a pesar de sus intenciones de ingresar en la Escuela de Bellas Artes, es obligado por su familia a participar en el negocio del calzado. Se encargó de la reparación y el perfeccionamiento tecnológico de esta industria, mostrando las habilidades mecánicas que posteriormente le resultarían tan útiles. Cuando su padre se retiró del negocio, Méliès se negó a continuar con el mismo, utilizando su parte del reparto para comprar en 1888 el teatro “Robert Houdin”, del que era asiduo visitante.
Con la incesante capacidad para el trabajo que caracterizó su vida, entre los años 1889 y 1890 simultaneó sus labores de director del teatro con las de reportero y dibujante en el periódico satírico La Griffe, donde su primo Adolphe ejercía como redactor jefe. Durante los años siguientes se escenifican en el teatro espectáculos de ilusionismo, cuyos decorados, trucos y maquinaria fueron en su mayoría creados por el propio Méliès.
Cuando el 28 de diciembre de 1895 Méliès asistió invitado por los Lumière a la primera representación del Cinematógrafo, decidió comprarles una máquina inmediatamente, pero ellos se negaron a vendérsela. Empeñado en hacerse con el invento, optó por construir su propia máquina cinematográfica. El 5 de abril de 1896 proyectó las primeras películas en su teatro Robert Houdin; eran pequeñas escenas al aire libre, documentales similares a las de los hermanos Lumière. Su estilo evolucionó rápidamente buscando crear películas parecidas a sus espectáculos de ilusionismo.
Fue pionero en la utilización del truco de sustitución de elementos mediante el parado de la cámara, y también lo fue en la exposición múltiple del negativo (doble sobreimpresión) y los fundidos a negro y desde negro. Invirtió una gran cantidad de dinero para la creación del que se consideró el primer estudio de cine, en el que se utilizaron sistemas mecánicos para ocultar zonas al sol, trampillas y otros mecanismos de puesta en escena.
En 1902 creó la que está considerada su obra capital, Viaje a la luna. En ella la evolución de la continuidad narrativa cinematográfica da un paso de gigante, al montar la secuencia del disparo del cañón que lleva a los astrónomos a la Luna y, a continuación poner en escena un decorado con la cara animada de esta, que va creciendo en travelling inverso y sobre la que acaba aterrizando la nave/bala de cañón clavándose en ella.
Méliès intentó distribuir comercialmente Viaje a la Luna en Estados Unidos, pero técnicos que trabajaban para Thomas Alva Edison lograron hacer copias de la película y las distribuyeron por toda Norteamérica, y a pesar de que fue un éxito, Méliès nunca recibió dinero por su explotación. Creador de alrededor de quinientas películas, la paulatina transformación de la industria (monopolizada por Edison en Estados Unidos y Pathé en Francia), junto con la llegada de la Primera Guerra Mundial, afectaron a su negocio, que fue declinando sin remedio. En 1913 se retiró de todo contacto con el cine.
De 1915 a 1923, Méliès montará, con la ayuda de su familia, numerosos espectáculos en uno de sus dos estudios cinematográficos transformado en teatro. En 1923, acosado por las deudas, tuvo que vender propiedades y abandonar Montreuil. En 1925 se reencuentra con una de sus principales actrices, Jeanne d’Alcy. Ella regenta un quiosco de juguetes y golosinas en la estación de Montparnasse. Méliès se casó con ella ocupándose juntos de la tienda. Allí será reconocido más tarde por Léon Druhot, director de Ciné-Journal, que lo rescatará del olvido.
Desde 1925 su obra será redescubierta por la vanguardia cinematográfica francesa, especialmente por los surrealistas, que reivindicaron su figura hasta el punto de que Méliès fue reconocido con la Legión de Honor en 1931 por toda su trayectoria. En 1932 se encuentra en el Castillo de Orly casa de jubilación de la «Mutua del cine» (institución fundada en 1921 por Léon Brézillon, presidente del sindicato francés de productores cinematográficos) y allí vivirá el resto de sus días con su esposa Jeanne d’Alcy. Falleció en el hospital Léopold Bellan de París y sus restos descansan en el cementerio de Père-Lachaise.
Poco antes de la muerte de Méliès, en 1938, Henri Langlois, creador de la Cinemateca francesa recuperó y restauró parte de sus películas. Georges Méliès fue el gran creador del cine de espectáculo y fantasía, dando el paso hacia la creación de un lenguaje de ficción para el cine del que carecía el cinematógrafo tomavistas de los Lumière. Desde 1946 el premio Méliès otorga anualmente el reconocimiento a la mejor película francesa. (Datos extraídos de Wikipendia, la enciclopedia libre)